viernes, 17 de abril de 2009

LA ESCAPADA DEL ZOO

LA ESCAPADA DEL ZOO

Decorado del fondo:Un zoo con mucha vegetación
Mono: - Esto es una cursilada. Narrador, ¿es que quieres hacernos
vomitar?
Loro: - Eso, eso, eso…
Narrador: - ¡Que todavía no os toca hablar!. ¿Qué os creéis?
Mono: - ¡Ve al grano y no te enrolles!
Loro: - Oyes, oyes, oyes, oyes
Narrador: - Está bien. Había una vez un bonito zoo con muchos animales…
Mono: - ¡Calla!. Mejor lo cuento yo mismo: Era la hora de que esos
humanos con cerebro de mosquito…
(Aparece el mosquito bastante enfadado)
Mosquito: - ¡Cuidado con lo que dices, cerebro de primate!
Mono: - Como decía antes de que ese mosquito me interrumpiera “Era
la hora de que viniesen los humanos , la hora en la que todos los
animales descansaran de soportar un duro día de fotos, hartos de
hacer el tonto para que los niños se rían y de meternos el dedo
en la nariz, cuando todo cambió de pronto. En la puerta de mi
jaula donde antes un cartel ponía “MONOS” apareció un gran agujero oscuro y
desaparecí.
Loro: - Desapareció, desapareció, desapareció..También nos pasó lo
mismo a los loros. Nada más ver la luz, vimos a un animal y a
hipopótamos de metal con ruedas.
Mono: - ¿Pero es que ahora los hipopótamos son de metal?
Loro: - ¡Eso, eso, eso…¿Es que los hipopótamos son de metal?
Mono: -Parece que hemos salido del zoológico!. ¡Bien!
Narrador: Del coche donde iban se bajó un topo . Se dirigió hacia ellos
Topo: -¡Eh, vosotros!
Mono: -¡Una rata gigante!
Topo: - No soy una rata, sino un topo. Yo he sido quien os ha sacado
del zoo. Os voy a contar el motivo: Quiero convertirme en un
explorador y necesito un equipo…
Narrador: No le hicieron ningún caso, pues estaban flipados viendo un
escaparate.
Topo: - ¿Queréis hacerme caso?
Mono: - ¿Qué? ¿Qué quieres?
Loro: - Eres, eres, eres
Topo: - Empecemos a andar, pues tenemos que llegar al aeropuerto
(Se mueven andando cada vez más cansados)
Loro: - ¡Mis alas!. ¡Mis alas!. ¡Mis alas!.
Topo: - Mirad ese callejón!. Vamos a descansar allí.
Narrador: Al llegar al callejón vieron a un perro rabioso que los persiguió
como un loco.
Mono: - ¡Vaya día que llevamos! ¡Me he hecho daño en la mano!
Loro: - Ano, ano, ano, ano.
Narrador: Un taxi que se dirigía al aeropuerto pasaba junto a ellos y se
subieron en él .
Topo: -¡Al aeropuerto!
Narrador: Llegaron al aeropuerto y vieron las pistas
Mono: - ¡Pájaros gigantes!
Topo: - ¡No, estúpido! Es un avión.
Narrador: Se suben en uno de los aviones, vuelan durante un tiempo y
aterrizan en una tierra nueva
Mono: - ¡Mirad, un canguro!. ¡Debemos estar en Australia! ¡Es eso!
Loro: - Eso, eso, eso…
Topo: - Tienes razón, mono. Tu cerebro parece que ha crecido una
milésima.
Mono: -¡Cuidado con lo que dices!
Narrador: - El canguro se acercó al lugar donde ellos estaban
Canguro: - Perdón. Soy vuestro guía. Meteos en esta bolsa y os llevaré al
siguiente destino.
Narrador: Empezaron el viaje metidos en la bolsa del canguro…
Mono: - ¡Pero si estás despedido, narrador!
Narrador: Sólo una nueva oportunidad, por favor.
Mono: - Ni una, ni dos, ni tres, ni puñetas. ¡Estás despedido!
Loro: -Ido, ido, ido, ido.
Narrador: -¡Jo!. ¡Qué mala suerte la mía! No lo aguanto. Llegaron a una
isla llamada Tasmania, que estás cerca de Australia.
Topo: -¡ Mirad qué animalito tan bonito hay ahí!. Creo que se llama el
diablo de Tasmania.
Mono: - Parece hambriento. ¡El diablo de Tasmania y hambriento!
¡Corramos!
Loro: - Amos, amos, amos
Canguro: - Tranquilos, amiguitos. Le daré una patada para que no vuelva a
molestar a los demás. Ahora se va a enterar
Narrador: El canguro le dio una patada al diablo de Tasmania y lo envió
lejos
Narrador: Nuestros animales se fueron a la selva de África y fueron muy
felices.
Loro: -Ices, ices, ices, ices
Jaime Sánchez Maya

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