LA JUGUETERÍA MÁGICA
En la calle Clan de la ciudad de Estambul había una juguetería muy grande, con muchos colores y abundantes juguetes. El dueño era un hombre mayor con poderes mágicos y pasaba parte de su magia a la tienda donde trabajaba. Tenía doscientos años y, varias veces, cuando le llegaba el turno de la muerte, revivía con un aspecto bastante joven.
Un día, como casi todos, se volvió a llenar la juguetería. Ésta estaba triste pues sabía que la muerte definitiva de su dueño ya llegaba y se echó a llorar. Él, viéndola así, despachó a toda la clientela y estuvieron solos hasta que se despidió de ella diciéndole:
- ¡Adiós, mi querida juguetería!. Siempre te recordaré. Sigue siempre así, dándole felicidad a los pequeños. No cambies nunca.
Al día siguiente enfermó y lo llevaron al hospital. Allí, su hija le dijo:
- Papá, no te preocupes; yo seguiré trabajando en la tienda.
- Buena idea, hija. Cuídala bien.
Cuando el anciano espiró, su hija se dirigió al trabajo.
- ¿Te acuerdas de que prometiste a mi padre que no cambiarías nunca y siempre ibas a dar alegrías a los niños?
La juguetería no respondió y siguió triste durante varios meses. Su dueña, viendo que no reaccionaba, la puso en venta.
Una señora se acercó a la tienda dispuesta a comprarla. Ofrecía tres millones de euros. Hubo casi acuerdo, pero, cuando se estaban realizando los trámites para terminar la venta, la hija se acordó de la promesa a su padre y rechazó el dinero.
Volvió a abrir la juguetería, quien comprendió el cariño de su dueña. Recuperó su alegría original y la hija adquirió la magia de su difunto padre. Todo siguió viento en popa y el porvenir de la tienda fue fabuloso.
Miguel Ángel Vargas Benítez
FELICES VACACIONES A TODOS
Hace 13 años
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